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Actuar en co-esencia
Este texto forma parte de las herramientas que estamos viendo para aprender a responsabilizarnos de nuestra propia vida (como objetivo). Puedes acceder al resto de recursos cuando quieras (pinchando aquí).
Bien, antes de empezar, me gustaría compartir con vosotros un concepto que he aprendido hace alrededor de 1 año y medio, y que me aporta muchísima información renovada en este camino de aprender a alinearnos con los tres niveles básicos que nos conforman: pensamiento, emoción y acción.
El concepto lo conocí en el libro Descodificación Cuántica, Tomo I: Introducción & Transgeneracional. Concretamente, en la distinción de gran lucidez y apreciación que hace su autor (José Vaso) entre los conceptos co-herencia (con la herencia) y co-esencia (con la esencia), ya que, como magníficamente nos explica: “la coherencia, supone funcionar desde y a través de nuestra herencia (con la herencia) de nuestros códigos, patrones o programas adquiridos por transmisión cuántica de información, mientras la esencia, nos remite a nuestra parte fundamental, aquella conectada con un universo originario, inocente, liberado y puro”.
Y sigue diciendo: “Cuando decimos “estar en incoherencia con uno mismo”, nos estamos queriendo referir a lo contrario de lo pretendido, porque si a alguien “le va mal” en cualquiera de los casos que podamos entender esto, (estar enfermo, disgustado, deprimido, perdido, etc.), le val no por elección consciente, - ya que nadie elige conscientemente “estar mal”-, sino precisamente por hallarse en coherencia con sus patrones de programación inconsciente, y por lo tanto, con el lastre de todo lo adquirido. (…) Estar en Coesencia (con la Esencia), supondrá entonces alinearnos con nuestra verdad esencial”.
De manera que, como puerta de entrada re-actualizada a esta visión de actuar en armonía con nosotros mismos, quería introducir este concepto, que me pareció brillante y que creo sinceramente que nos puede ayudar a discernir los lugares diferentes (inconscientes y conscientes) desde donde podemos estar actuando la mayoría del tiempo, además de emplear -como recurso creador de la realidad- una palabra que nos ayude a enfocar las cosas de manera distinta, y a ser más conscientes.
Dicha esta introducción, vamos a ver hoy la importancia de actuar co-esentemente, o en armonía, o en alineamiento entre los niveles que comentábamos anteriormente: pensar, sentir, hacer.
Veamos. Aunque con otros términos, los sabios que ya antaño estudiaban esta cuestión de actuar en armonía conocían la importancia de respetar estas tres esferas o niveles del ser humano en la misma dirección y sentido.
¿Por qué?
Porque, sencillamente, cuando pensamos una cosa, decimos otra y actuamos de otra distinta, entramos en contradicción interna. Esto es, una tensión entre las “distintas áreas de nosotros mismos”. Nos sentimos lanzados o tirados en distintas direcciones, y eso es fuente de contradicción (como decíamos), y la contradicción es síntoma de conflicto emocional. Aquí entraríamos en el terreno de que, muchas veces, la fuente de salud se basa en actuar (vivir) en armonía entre lo que pensamos, decimos y hacemos (incluyendo el sentir, por supuesto).
De forma que, si queremos ir aprendiendo a amarnos y respetarnos (como sinónimos) a nosotros mismos (como siempre decimos, siendo requisito indispensable para poder amar y respetar a los demás), el camino más “sencillo” y natural sería actuar conforme a nuestra esencia (a nuestro pensar, sentir y hacer).
Es decir, que las tres cosas vayan en la misma dirección, para que cobre un sentido. Ya que, si cada una va a una dirección distinta, el sentido se vuelve disruptivo y está quebrado, disociado. Puede que lo entendamos mejor (a mi me ayuda esta representación mental) como si, al actuar en contradicción o en des-armonía entre los tres aspectos, se encuentran “desintegradas” esas partes en nosotros. Esto sería sinónimo de la idea de que, actuando en co-esencia o armonía, vamos integrando todo aquello que estaba “desintegrado” o disociado en nosotros.
Por eso, una de las claves para el bienestar en plenitud de nuestra vida es actuar en esa armonía interna. Además, esto hace que vayamos construyendo una autoestima con base sólida y una confianza en nosotros y en la vida: porque cumplimos “lo que sentimos adentro”, porque respetamos en la misma dirección nuestros pensamientos, palabras y acciones.
Consecuentemente, practicar esta armonía multinivel nos ayuda a desarrollar la herramienta fundamental en nuestro camino espiritual y de consciencia: nuestra intuición. Pues según vamos aprendiendo a observar y a escuchar lo que pensamos, sentimos y hacemos, más vamos descubriendo nuestras verdades esenciales, nuestros secretos más profundos, nuestros miedos y anhelos más arraigados, etc.
En otras palabras, la armonía redunda en un autoconocimiento que baja hasta las raíces, y nos ayuda, por contraste, a observar los efectos físicos y energéticos que nos revierte (la vida) cuando caemos en contradicciones internas y, por tanto, nos faltamos el respeto o nos desatendemos a nosotros mismos.
Personalmente, creo que, además de ayudarnos a amarnos y respetarnos a nosotros (y a los demás, como consecuencia), esta recuperación de la intuición es, quizás, la herramienta más poderosísima de todas. Confiamos cada vez más en nuestra brújula interior (la intuición), somos capaces de detectar lo que sentimos en nuestro cuerpo, y las posibles consecuencias de nuestros actos (para nosotros, los demás y el entorno). Y entonces, es cuando nos empezamos a hacer más consecuentes de nuestras decisiones, más responsables de nuestro sentir y de nuestra contribución en el mundo (que es siempre, como aclaramos desde una visión co-creadora de la realidad), real-mente determinante.
Por estas razones tan importantes me pareció incluir al Actuar en co-esencia o en armonía con nosotros como uno de los recursos más sencillos (dentro de que la práctica supondrá retos, pero no consistirá en hacer nada extraño o excesivo) y potentes para seguir aprendiendo a responsabilizarnos de nuestra vida.
Y por eso, muchos se refieren a este tema como el actuar “en contradicción o en unidad”. Porque, cuando actuamos alineando los pensamientos, palabras y acciones, actuamos como lo que verdaderamente somos: una unidad indisoluble. Todos nuestros aspectos están relacionados. Cuanto más armónicos actuemos con ellos, mejor.
Y para ti, ¿qué simboliza la co-esencia? ¿te ha ayudado este termino a re-definir esto de la co-herencia/in-coherencia? ¿cómo te ayuda llevar a la práctica este tema? Por ejemplo, a mí me ayuda aprendiendo a actuar y a comunicarme auténticamente, siendo sincera y sin tanto falsear ni aparentar: expresando lo que pienso y siento en ese momento, sin maquillarlo y parándome a escuchar qué es lo que realmente me pide mi cuerpo y mi ser en cada situación concreta (en ello andamos).
Me queda darte las gracias por leer hasta aquí, y confiar en que este post te aporte todo lo mejor que pueda darte.
Un abrazo de co-esencia,
Zulema.
P.D: Te enlazo aquí el magnífico libro que te referenciaba más arriba, invitándote a la aventura de que lo leas y te sumerjas en su sabiduría (Pincha aquí).
Ficha técnica
Tipo Artículo/Post:
Idioma: Español
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