¿Qué es la tolerancia a la frustración?

La tolerancia a la frustración es una capacidad muy importante en el ser humano. Es la capacidad de tolerar el malestar que sentimos cuando las cosas que suceden no son lo que esperamos o lo que deseamos. Es la capacidad de regular y sobreponerse a los desencuentros y a las expectativas no satisfechas.

Como en todo, debe existir en un equilibrio. Experimentar frustración es saludable, es un indicador que nos informa de lo que hay en nuestro interior, de nuestras necesidades, y nos mueve para que luchemos para lo que queremos en nuestras vidas. Si no nos frustraramos podríamos pensar que las cosas nos darían igual, y no importarían nuestras acciones o  las de los demás porque lo que vivamos en consecuencia sería indiferente. Por lo tanto frustrarse, entendido como una herramienta es útil, y tener la capacidad de regular y calmar la frustración también.

En la vida hay de todo, habrán situaciones que se ajusten a lo que deseamos, y también lo contrario.

Si no desarrollamos la tolerancia a la frustración, podríamos  llegar a vivir una vida desdichada, sentir a los demás y al mundo culpables de nuestras emociones, sentirnos víctimas de la vida sin reconocer nuestros actos, e incluso podríamos ser agresivos con los demás (volcar en ellos nuestra frustración). Todo nos podría afectar de una manera tan negativa que no nos permita ampliar nuestra percepción para ver la realidad en toda su amplitud y mucho menos,  desarrollar una capacidad autocrítica, necesaria para aprender y relacionarnos con los demás.

El poder tolerar la frustración también nos permite arriesgarnos a enfrentar más situaciones, nos permite tomar distancia de las cosas y poder vernos en nuestro contexto para analizar qué cosas han intervenido.

Como casi todo, es algo que se aprende a través de nuestras experiencias, así que será importante que desde pequeños nos vayamos frustrando en "pequeñas dosis", y lo vayamos normalizando como algo natural en la vida  y que no tiene porque frenarnos o hacernos sentir desgraciados.

Normalmente empezamos a aprender a tolerar la frustración cuando aparece el NO por parte de otros en nuestra vida. Sobretodo en los límites que los padres y madres nos ponen en nuestra educación.

Es muy muy importante que dicha frustración se vaya dando "en equilibrio, de forma respetuosa y comedida, y a partir de una edad en la que el niño/a lo pueda comprender". Ya que si frustramos a un niño/a o persona constantemente para que aprenda a tolerarlo, fomentaremos lo contrario a lo deseado, es decir, aprenderá que no tiene poder y control sobre las cosas, que por mucho que haga, nada servirá, que el mundo y los demás no le pueden satisfacer,  y será cuando aparezca la "idefensión aprendida", que es justo esto, creer que por mucho que hagamos nada cambiará y por lo tanto, para qué hacer.

Es muy importante que aprendamos que nuestras necesidades son importantes, que merecemos nuestro bienestar, que el mundo nos acoje, y para ello, como niños/as, necesitamos que nuestros padres y madres nos atiendan. Y conforme vayamos creciendo y comprendiendo cosas, también será importante aprender que la vida tiene límites que debemos respetar.