¿Por qué no consigo nunca sentirme buen/a padre/ madre?

La tarea de ser padre/madre es una de las cosas más difíciles a las que nos enfrentamos en la vida y quizá nunca tengamos la certeza de si estamos haciendo una buena labor.

Queremos que nuestros hijos/as sean felices, sean responsables, sepan lo que quieren, sepan luchar y defenderse, encuentren el amor, tengan dinero, etc., y a veces juzgamos nuestros actos por lo que ellos viven. Muchas veces, la mayoría, sí estará relacionado, ya que "si no le di apoyo y espacio para que se expresara y defendiera en casa, seguramente le cueste expresarse y defenderse en el mundo", por ejemplo.

Pero no debemos de olvidar que ellos tienen sus propios aprendizajes en la vida, que puede, que si le hayamos facilitado todo lo que hayamos sabido y podido, y les cueste de igual manera. Ellos tienen su propio propósito, sus propias lecciones y su propio plan de vida.

Podemos sentir que "no me siento nunca buen padre/madre" por:

-Fruto de nuestra conciencia, es decir, por falta de responsabilidad, porque sabemos que podríamos mejorar cosas personales de las que no nos estamos responsabilizando.

-Por baja autoestima, es decir, porque en realidad tampoco nos sentimos suficientemente bueno/as en nada. Y hemos "aprendido" a percibirnos o valorarnos de forma "insuficiente".

-Por exigencia, expectativa o control, es decir, porque soy exigente y siempre quiero más (me pasará en todo), porque el modelo mental que tengo de cómo quiero ser padre/madre no es realista para mi situación, o porque al pretender controlar todo lo que suceda, me doy cuenta que no es posible y me atribuyo tanto el poder, como las consecuencias.

Es conveniente saber que "todo lo que yo crezca y aprenda a nivel personal, es lo que le voy a transmitir a los hijos/as" ya que soy el mayor y mejor ejemplo que van a tener.

Podemos prestar atención a nuestra manera de relacionarnos con ellos/as y averiguar si les estamos volcando nuestras frutraciones sobre lo que no hemos logrado.

Por ejemplo: "quiero educarle para que sea valiente porque yo no lo he sido".

Esto es muy común que suceda, y en realidad no es malo, solo que si tomamos conciencia de esto, le seguiremos educando para que sea valiente, pero no enjuiciaremos o condenaremos su no valentía como lo hacemos con nosotros/as mismos/as.

El cómo me cuide yo a mi mismo/a, qué me digo y cómo me trato, será un ejemplo que tendrán para "aprender a hacerselo ellos/as mismos/as".

¿Quieres que tu hijo/a se sienta sufienciente bueno en algo? Empieza a hacer un trabajo personal tu, y en la medida que aprendas a sentirte "suficiente", les podrás enseñar a ellos/as a sentirlo.

También, podemos revisar nuestras propias experiencias con nuestros padres, qué tuvimos y qué no, cuáles fueron nuestras carencias y qué nos hubiese gustado vivir, para después reflexionar sobre ¿qué aprendi de todo esto?¿qué aspectos y/o capacidades personales he desarrollado gracias a esas experiencias?.

Ya que todas nuestras experiencias, las buenas y las malas, nos llevan a un aprendizaje importante.

Podemos hacer todo lo que esté de nuestra parte para mejorar nuestra relación con los hijos/as, y también ,confiar en que "donde no lleguemos por inconsciencia o incapacidad, (no he sabido ver o cambiar)" ellos aprenderán cosas valiosas, como nosotros/as lo hicimos con lo que nos ofrecieron nuestros padres/madres y que no fué lo que ahora creemos que necesitábamos.