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¿Es malo tener Expectativas?

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La expectativa es "esperar que suceda algo", y per sé es un aspecto que podemos considerar neutro. Lo interesante es cuándo y cómo la utilizamos.

Si la utilizamos en situaciones en las que tenemos el control o la mayor parte de él (preparar una receta, realizar un trabajo concreto...) nos puede servir para guiar nuestras acciones y así llegar a nuestra meta u objetivo.

Pero si la utlizamos en aspectos o situaciones en las que no tenemos control, lo más probable es que nos decepcionemos o frustremos.

Si yo espero (expectativa) que suceda algo, seguramente condicionaré mi experiencia.

Si deseo que suceda algo, pero no lo espero, y no sucede, puede que sienta frustración en un principio, pero también podré tomar distancia y darme un espacio u oportunidad para experimentar qué siento realmente en ese momento.

Por lo tanto, las expectativas en sí, no son malas ni buenas, lo será el uso que hagamos de ellas.

¿No os ha pasado que creeis que cuando pase X os vais a sentir genial, y luego cuando pasa ese X os sentis decepcioandos porque no sentís la alegría que esperabais? O por el contrario, ¿no os ha pasado que creeis que si pasa Y, os sentiréis mal y luego al pasar no era para tanto?.

Esto demuestra que una cosa es mi mente, lo que proyecto, lo que imagino, y otra distinta es lo que experimento, lo que vivo. En la medida que me aferro a la parte mental, menos espacio dejo al sentir. Y viceversa, en la medida que no me aferro a lo que creo o espero, más espacio o permiso dejo a sentir lo que en ese momento surja de forma natural o auténtica.

La expectativa es como un elixir, en su justa medida puede ser muy útil, pero usada de modo abusivo se puede convertir en un veneno que nos lleve a la constante frustración.