¿Es aconsejable opinar sobre las parejas de mi hijo/a adolescente cuando veo y se que son una mala influencia?

Como padre, madre o tutor/a de los hijos/as, hay una responsabilidad de educar, acompañar, guiar, orientar e informar, y claro que hay "derecho" a dar una opinión, pero una cosa es dar una opinión y otra cosa es intentar manipular o convencer para que hagan lo que queremos, para que nosotros estemos tranquilos.

Todos necesitamos tomar nuestras propias decisiones, necesitamos tener buenas y malas experiencias para aprender de nosotros mismos/as, de los demás y de la vida. Sean decisiones más o menos acertadas a ojos de otras personas.

La clave sería: ¿Cómo lo hago?¿Cómo opino?. Ya que depende de cuál sea mi intención en el acto de opinar, el qué diga y cómo lo haga, cumplirá mi propósito o hará el efecto contrario.

Si creemos que la pareja de nuestro/a hijo/a no es una buena influencia y queremos que se de cuenta, podemos comunicarlo, pero si lo hacemos de forma directa " tu novio/a no me gusta para ti, o no es buena persona, o es una mala influencia" seguramente activemos "su derecho a elegir y su rebeldía" provocando que se aferre más a esa relación y le dificultemos el que el/ella vea por si mismo/a lo que nosotros vemos.

Lo que podemos hacer es, a través de conversaciones cotidianas, hablar y debatir "en general" sobre esos aspectos que observas que no te gustan de la otra persona, para que pueda por si mismo/a, asociar las conversaciones y valorar la situación.

Si por ejemplo, observamos que dicha pareja le habla siendo ofensivo/a, o le manipula para que le haga favores, se puede utilizar el cine o casos de otras personas para que "lo vea" y se exprese.

Por ejemplo, ¿Qué opinas de que esta persona le hable así a la otra? ¿Crees que tiene que soportarlo? O ¿Por qué crees que lo soporta? Y al responder, seguramente exprese lo que a él/ella le sucede.

Ejemplo: pues a lo mejor lo aguanta porque tiene miedo a quedarse solo. Y desde ahí , le podemos ayudar a que se dé cuenta que el aguantar dicha situación por miedo a la soledad no compensa, ya que siempre podrá conocer a otras personas y no estar solo, por ejemplo.

Hablar de esos aspectos en otras personas, facilita expresar nuestras opiniones, ya que de alguna manera nos sentimos protegidos. Si se nos pregunta directamente, al contactar con nuestros miedos o temores, de forma inconsciente nos protegemos y reaccionamos desde la negación o lo defensivo.