¿Cómo puedo resolver mejor las dificultades en familia?

En todas las familias hay roces o dificultades, ya que cada persona es distinta, y cada uno tenemos  una forma diferente de percibir, sentir e interpretar la realidad. Esta diferencia no es negativa, de hecho, es positivo que cada uno lo vivamos de una manera diferente ya que enriquece la experiencia.

El conflicto sucede cuando cremos que todos debemos experimentarlo (percibirlo, pensarlo y sentirlo) de la misma manera.

El enfado, las discusiones o los desacuerdos son sanos en sí mismos,  permiten defender, poner límites, exponer lo propio y llegar a acuerdos, lo que importa es la manera en la que lo llevamos a cabo (honestidad, claridad, respeto, responsabilidad y cuidado).

Algunos factores a tener en cuenta que nos pueden ayudar a resolver dificultades son:

-Buscar un lugar y un momento acordado por todos, para que "todos" le puedan  dedicar el tiempo y la atención que requiere.

-Dejar claro de antemano cuál es el objetivo de la reunión. (Informar, llegar a acuerdos o tomar decisiones, expresarse, dar una noticia, etc.)

-Que cada uno tenga su tiempo para poder exponer su punto de vista o versión, sin ser interrumpido o juzgado.

-Cuidar las reacciones emocionales. Es muy común y fácil, que en el transcurso de la conversación digamos o digan cosas que nos toquem emocionalmente y reaccionemos a ellas. Esta bien, no pasa nada, somos personas, pero tenemos que tener cuidado en no perder de vista el "para qué nos estamos reuniendo" ya que si desviamos la atención a esas "reacciones", nos iremos por las ramas y seguramente, desencadene en que unos y otros reaccionaremos en cadena a los comentarios de unos y de otros.

-Atender a cómo transmitimos la información: muchas veces con lo que decimos no dejamos claro qué es lo que queremos decir.  No es qué dices, sino qué quieres decir con eso que dices.

-Cuidar el impacto de nuestras palabras, es decir, cómo le llega al otro lo que le decimos. ¿Cómo te ha sentado o llegado lo que te he dicho?, ¿Qué significa para tí o qué interpretas con lo que yo digo?. Ya que muchas veces las palabras que utilizamos para expresarnos, a pesar de que todos sepamos lo que significan, no compartimos los matices de interpretación, y aclararlo puede ayudar mucho.

-Ser flexibles y tolerantes, y comprender que todos tenemos la capacidad de malinterpretar , de sentirnos heridos y de herir sin querer.

-Preguntar las veces que necesitemos hasta que podamos comprender la información con claridad.

-Si hay que tomar una decisión o llegar a un acuerdo, y ninguna parte acepta la propuesta  del otro, es mejor hacer propuestas nuevas, distintas a las planteadas, de manera que lo acordado sea elegido por todos.  

-En el caso de las familias, son los adultos los que deben aprender a expresarse y gestionar la situación de la manera más saludable posible. Son el ejemplo, modelo y guía para los más pequeños. No es justo, que como adultos no sepamos llegar a acuerdos y se lo exijamos a los niños/as.