Miguel Ángel Romero
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Fundador de la Escuela Europea de Formación para Formadores
Cuando me preguntan “¿a qué te dedicas?”, de las varias posibilidades que me surgen, sin duda opto por una: “Soy formador”.
Además soy empresario, consultor, coach, conferenciante… Y si elijo retratarme con la de “formador” es porque esta profesión me permite ayudar a otros…
- a descubrir nuevos territorios,
- a formularse las preguntas que pueden cambiarles la vida,
- a adquirir nuevos conocimientos y herramientas que posibilitan llegar más lejos con menos esfuerzo,
- a llenarse de ganas para poner en marcha lo aprendido,
- a tomar acción para ser el constructor de nuevos mundos.
Y sobre todo, porque el ser colaborador de toda esa magia, es un orgullo, una vocación y mi mejor manera de contribuir.
Yo no nací “formador”, ni siquiera creo que tuviera de inicio cualidades especialmente destacadas. No correspondo a ese perfil de “ya se veía venir…”.
En mi caso, después de una infancia y adolescencia con los habituales y no siempre justificables cambios sobre lo que quería estudiar o hacer (marino, futbolista, cura, militar, profesor…), finalmente opté por estudiar Derecho, lo que me llevó a incorporarme al mundo profesional como Jefe de Personal.
Tras un tiempo de enorme aprendizaje con el sistema más viejo del mundo —prueba, error más batacazo y arreglarlo como puedas—, me encontré en una situación por la que muchos habréis pasado: estaba sin empleo, no conseguía uno nuevo y el desánimo empezaba a pesar más que la confianza.
Fue en esa crisis- ¡bendita crisis!, digo hoy-, cuando ante la imposibilidad de encontrar trabajo, me vino una frase leída en algún libro de un gurú de la gestión empresarial de cuyo nombre no consigo acordarme, que parecía esperar su momento, que hizo que mi vida cambiase radicalmente: “yo les digo a mis hijos que no busquen trabajo, que busquen clientes”.
Y así nació la posibilidad de reinventarme, de emprender.
"¿Qué sé hacer yo, que me guste, que la gente necesita y está dispuesta a pagar por ello?"
Revisando mi breve historia personal, descubrí que me encantaba estar con la gente, hacer teatro, ayudar a otros, conseguir la atención y el reconocimiento de un público, conversar y vender mis ideas… y lo hacía bien…ya lo había hecho en la universidad, en el grupo de teatro, en los Scouts, así que ¿por qué no? Y me lancé.
Reescribí mi Currículo Vital, y lo ofrecí a varias consultoras de formación y, para mi sorpresa, en tan solo dos semanas recibí mi primer encargo como formador profesional: ¡un curso de mandos medios de 40 horas para los encargados de una cadena de supermercados! He de reconocer que me temblaron las canillas…
"¡Qué responsabilidad!, ¿Podré? ¿Qué cuento? ¿Por dónde empiezo?"
No sé las horas que pude echar para preparar ese curso, las dificultades que tuve que enfrentar, ni os puedo describir el nivel de ansiedad y angustia que tenía cuando por fin estaba delante del grupo y, sin embargo, ¡me encantó la experiencia! y lo que es incluso mejor, ¡al grupo también y a la consultora que me contrató…!
Llegaron nuevos encargos, nuevos clientes, nuevos cursos hasta que un cliente me pidió que me incorporara en su organización como responsable de formación y desde este nuevo puesto pude aprender mucho más sobre lo que es la formación, lo que la gente necesita y lo que quiere, cómo conseguir que la formación sea útil… Investigué, me formé y aprendí mucho.
Me convertí en “empleador” de otros formadores, diseñé muchos programas de formación e impartí un montón de cursos.
Cambié de trabajo, hice de Director Técnico en una consultora y llegué a ser Director General, y sin embargo, siempre me sentí más formador que gestor. Al final tuve otra fantástica crisis y decidí crear mi propia compañía de formación, actitúdine, desde la que ofrecer al mercado los cursos y talleres que yo quisiera, con mi estilo.
Esto ocurrió en el año 2000 y desde entonces vivo de la formación: diseñando, vendiendo e impartiendo cursos, talleres y seminarios. Más de 100 empresas clientes, 7.000 participantes y 3 millones de euros de facturación me llenan de orgullo.
He diseñado mis propios cursos y también para universidades corporativas o para que otros impartan. He llegado a vender un diseño por 90.000€.
Estoy comprometido en el aprendizaje de técnicas formativas y ciencias del comportamiento para poder enriquecer mis programas y hacerlos más efectivos.
Soy Master-Trainer certificado en PNL por el IPH, Coach Ontológico certificado por Newfield y Especialista Universitario en Psicoterapia Gestalt por la Universidad Pontificia de Comillas. Instructor certificado de FireWalking por el FireWalking Institute of Research & Education.
También ha realizado programas de entrenamiento en técnicas y modelos de desarrollo personal como Análisis Transaccional, Hipnosis Ericksoniana, Bioenergética, Reiki y Kinesiología con los mejores profesionales de cada especialidad.
Me quiero diferenciar por haber integrado poderosas herramientas de cambio personal en mis cursos, así como por el humor y dinamismo que los impregnan.
Hoy continúo disfrutando de haber hecho de mi vocación, mi profesión y medio principal de vida, y quiero compartir contigo las claves que lo han hecho posible.
Esto es para mí la Escuela Europea de Formación para Formadores.
El sitio donde apoyar a los que quieren mejorar como personas y formadores, para formar más y mejor y poder vivir de la formación con disfrute y abundancia.
Web de Miguel Ángel Romero: https://formacionparaformadores.com/