Pregunta frecuente

Mi marido no es violento pero a veces pega a nuestro hijo cuando hace algo que no le gusta. Dice que así se ha hecho toda la vida y que es la única forma de educar, pero a mí no me gusta. ¿Cómo le explico que no quiero que le pegue?

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La forma de educar a los hijos es un tema muy importante y que debe ser compartido y consensuado por padres y madres.

Está claro que el estilo de tu marido es un tanto a la antigua. Es verdad, que antes todo se solucionaba a base de palos y castigos, pero hoy día sabemos que no es la forma adecuada de educar a los hijos. Claro que como niño siempre va a hacer cosas que te puedan molestar, pero eso no justifica la violencia.

Los niños son niños y es mucho más práctico aprender a comunicarse con ellos, escucharles, atender sus necesidades y sobre todo revisar nuestras creencias y valores. Poner límites es necesario, hacerle ver cómo te sientes cuando actúa de una manera u otra es importante, hablar de sentimientos, de las consecuencias de sus actos, desde la empatía y el cariño, no desde el castigo y la violencia. Cuando un padre pega a su hijo, generalmente ambos se sienten mal, tanto el padre como el hijo, por lo que no puede ser la solución.

Además, el palo se puede convertir en algo aceptado por el niño y que deje de funcionar, si es que ha funcionado en algún momento. Se puede acostumbrar y obrar a su gusto sin importarle demasiado que le den un palo. Para educar a los hijos hay que invertir tiempo y energía, hablar entre la pareja, buscar estilos comunes y llevarlos a la práctica. Tratar de solucionar las cosas siempre con un palo, no es para nada educativo y además, en un futuro pueden adoptar esa medida cómo válida y solucionar ellos también sus problemas a base de violencia. La educación basada en el miedo puede tener consecuencias futuras.

A veces convierte a los niños en personan miedosas y repercute en su crecimiento personal. Habla con tu marido, hazle entender por qué no estás de acuerdo con esta forma de educar.

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